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En la sangre - Eugenio Cambaceres

Eugenio Modesto de las Mercedes Cambaceres Alais nació en Buenos Aires an 1843, murió en París en 1888.
Cursó el secundario en el Colegio Nacional Cantral y luego se graduó de abogado en la Facultad de Derecho de Buenos Aires.
Fue escritor naturalista y político.
Sus obras más significativas fueron Sin rumbo y En la sangre.



En la sangre
(novela completa)


Capítulo 1


De cabeza grande, de facciones chatas, ganchuda la nariz, saliente el labio inferior, en la expresión aviesa de sus ojos chicos y sumidos, una rapacidad de buitre se acusaba.
Llevaba un traje raído de pana gris, un sombrero redondo de alas anchas, un aro de oro en la oreja; la doble suela claveteada de sus zapatos marcaba el ritmo de su andar pesado y trabajoso sobre las piedras desiguales de la calle.
De vez en cuando, lentamente paseaba la mirada en torno suyo, daba un golpe -uno solo- al llamador de alguna puerta y, encorvado bajo el peso de la carga que soportaban sus hombros: "tachero"... gritaba con voz gangosa, "componi calderi, tachi, siñora?".
Un momento, alargando el cuello, hundía la vista en el zaguán. Continuaba luego su camino entre ruidos de latón y fierro viejo. Había en su paso una resignación de buey. leer más...

Capítlulo 2


Así nació, llamáronle Genaro y, haraposo y raquítico, con la marca de la anemia en el semblante, con esa palidez amarillenta de las criaturas mal comidas, creció hasta cumplir cinco años.
De par en par abrióle el padre las puertas un buen día. Había llegado el momento de serle cobrada con réditos su crianza, el pecho escrofuloso de su madre, su ración en el bodrio cotidiano.
Y empezó entonces para Genaro la vida andariega del pilluelo, la existencia errante, sin freno ni control, del muchacho callejero, avezado, hecho desde chico a toda la perversión baja y brutal del medio en que se educa. leer más...

Capítulo 3



La situación entretanto mejoraba en la calle de San Juan. Consagrado sin cesar, noche y día, a su mezquino tráfico ambulante, con el inquebrantable tesón de la idea fija, continuaba arrastrando el padre una existencia de privaciones y miserias.
Lavaba la madre, débil y enferma, de sol a sol, no obstante pasaba sus días en el bajo de la Residencia.
Genaro, por su parte, bajo pena de arrostrar las iras formidables del primero, solía entregarle el fruto de sus correrías, de vez en cuando llevaba él también su pequeño contingente destinado a aumentar el caudal de la familia. leer más...

Capítulo 4, Capítulo 5, Capítulo 6, Capítulo 7, Capítulo 8, Capítulo 9, Capítulo 10, Capítulo 11, Capítulo 12, Capítulo 13, Capítulo 14, Capítulo 15, Capítulo 16, Capítulo 17, Capítulo 18, Capítulo 19, Capítulo 20, Cpaítulo 21, Capítulo 22, Capítulo 23, Capítulo 24, Capítulo 25, Capítulo 26, Capítulo 27, Capítulo 28, Capítulo 29, Capítulo 3o, Capítulo 31, Capítulo 32, Capítulo 33, Capítulo 34, Capítulo 35, Capítulo 36, Capítulo 37, Capítulo 38, Capítulo 39, Capítulo 40, Capítulo 41, Capítulo 42, Capítulo 43

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