Wimpi es el seudónimo de Arthur García Núñez, quien nació en Uruguay en 1906.
Fue periodista y escritor. Publicó tres libros de cuentos humorísticos y luego de su muerte se publicaron otros libros de cuentos y recopilaciones de textos radiales, también se editaron discos con sus cuentos para niños en su propia voz
Murió en 1956, a los cincuenta años, en Buenos Aires.
Su obra:
Los cuentos de Claudio Machín, El gusano loco, 10 Charlas de Wimpi en Radio Carve, Los cuentos del viejo Varela.
Publicaciones póstumas:
Ventana a la calle, Viaje alrededor del sofá, La taza de tilo, Cartas de animales, La risa, La calle del gato que pesca, El fogón del viejo Varela, Vea amigo.
Discografía:
Disco del padre, Wimpi por Wimpi: Feliz año nuevo, Palabras al padre.
El maltratado
Licinio
Arboleya estaba de mensual en las casas del viejo Críspulo Menchaca. Y tanto
para un fregado como para un barrido.
Diez
pesos por mes y mantenido. Pero la manutención era, por semana, seis marlos y
dos galletas. Los días de fiesta patria le daban el choclo sin usar y medio
chorizo.
Y tenía
que acarrear agua, ordeñar, bañar ovejas, envenenar cueros, cortar leña, matar
comadrejas, hacer las camas, darles de comer a los chanchos, carnear y otro
mundo de cosas.
Un día
Licinio se encontró con el callejón de los Lópeces con Estefanía Arguña y se le
quejó del maltrato que el viejo Críspulo le daba. Entonces, Estefanía le dijo:
– ¿Y qué
hacés que no lo plantas? Si te trata así, plantalo. Yo que vos, lo plantaba…
Esa
tarde, no bien estuvo de vuelta en las casas, Licinio —animado por el consejo
del amigo— agarró una pala, hizo un pozo, planto al viejo, le puso una estaca
al lado, lo ató para que quedara derecho y lo regó.
A la
mañana siguiente, cuando fue a verlo, se lo habían comido las hormigas.
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