Rompecabezas - Gabriel García Márquez


 Gabriel José de la Concordia García Márquez nació en Aracataca, Colombia, el 6 de marzo de 1927.

  Es escritor, guionista y periodista. Se lo reconoce mundialmente por su incursión en el realismo mágico.

Obtuvo el Premio Nobel de Literatura en 1982. 
Falleció en México, en 2014.


Su obra:

 La tercera resignación,  La otra costilla de la muerte, Eva está dentro de su gato, Amargura para tres sonámbulos, Diálogo del espejo, Ojos de perro azul, La mujer que llegaba a las seis, Nabo, el negro que hizo esperar a los ángeles; Alguien desordena estas rosas, La noche de los alcaravanes, Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, La siesta del martes, Un día de éstos, En este pueblo no hay ladrones, La prodigiosa tarde de Baltazar, La viuda de Montiel, Un día después del sábado, Rosas artificiales, Los funerales de la Mamá Grande, Un señor muy viejo con unas alas enormes, La luz es como el agua, El mar del tiempo perdido, El ahogado más hermoso del mundo, El último viaje del buque fantasma, Blacamán el bueno vendedor de milagros, Muerte constante más allá del amor, La increíble y triste historia de la cándida Eréndira y de su abuela desalmada, Doce cuentos peregrinos, La hojarasca, El coronoel no tiene quien le escriba, La mala hora, Los funerales de mamá grande, Cien años de soledad, Monólogo de Isabel viendo llover en Macondo, Relato de un náufrago, Cuando era feliz e indocumentado; Chile, el golpe y los gringos; El otoño del patriarca, De viaje por los países socialistas, Noticia de un secuestro, Crónica de una muerte anunciada, Del amor y otro demonios, El amor en los tiempos de cólera, La aventiura de Miguel Littín clandestino en chile, El general y su laberinto, Del amor y otro demonios, Vivir para contarla, Memoria de mis putas tristes, No vengo a decir un discurso, Textos costeños, Entre cachacos, De Europa y América, Por la libre, Notas de prensa, Viva Sandin,  El secuestro, El olor de la guayaba, El asalto.

Rompecabezas


Un científico, que vivía preocupado con los problemas del mundo, estaba resuelto a encontrar los medios para aminorarlos...

Pasaba días en su laboratorio en busca de respuestas para sus dudas.

Cierto día, su hijo de 7 años invadió su santuario decidido a ayudarlo a trabajar. El científico, nervioso por la interrupción, le pidió al niño que fuese a jugar a otro lado. Viendo que era imposible sacarlo, el padre pensó en algo que pudiese darle con el objetivo de distraer su atención.

De repente se encontró con una revista, en donde había un mapa con el mundo, justo lo que precisaba. Con unas tijeras recortó el mapa en varios pedazos y junto con un rollo de cinta se lo entregó a su hijo diciendo:

—Como te gustan los rompecabezas, te voy a dar el mundo todo roto para que lo repares sin ayuda de nadie.

Entonces calculó que al pequeño le llevaría 10 días componer el mapa, pero no fue así.

Pasadas algunas horas, escuchó la voz del niño que lo llamaba calmadamente:

—Papá, papá, ya hice todo, conseguí terminarlo.

Al principio el padre no creyó en el niño. Pensó que sería imposible que, a su edad, hubiera conseguido recomponer un mapa que jamás había visto antes. Desconfiado, el científico levantó la vista de sus anotaciones con la certeza de que vería el trabajo digno de un niño. Para su sorpresa, el mapa estaba completo. Todos los pedazos habían sido colocados en sus debidos lugares.

¿Cómo era posible? ¿Cómo el niño había sido capaz?

De esta manera, el padre preguntó con asombro a su hijo:

—Hijito, tú no sabías cómo era el mundo, ¿cómo lo lograste?

—Papá —respondió el niño—, yo no sabía como era el mundo, pero cuando sacaste el mapa de la revista para recortarlo, vi que del otro lado estaba la figura de un hombre. Así que di vuelta los recortes y comencé a recomponer al hombre, que sí sabía como era. Cuando conseguí arreglar al hombre, di vuelta la hoja y vi que había arreglado al mundo.