Fue
novelista y dramaturgo. Y también abogado, trabajó en el área legal de un
organismo público.
Alcanzó
reconocimiento internacional con obras como Rosaura a las diez
y Ceremonia secreta, relatos a la vez realistas y metafísicos.
Falleció en Buenos Aires en 1998.
Su
obra: Rosaura a las diez, novela; Un pequeño café, novela; Parque
de diversiones, novela; Los asesinos de los días de fiesta,
novela; Salón de lectura, cuentos; Los locos y los cuerdos;
Robotobor, novela; Manuel de Historia, novela; Enciclopedia
de una familia argentina, novela; Música de amor perdido,
novela; Nuestra Señora de la noche, novela; Una familia
argentina; Ceremonia secreta, Falsificaciones,
microrrelatos; El emperador de la China y otros cuentos; Hierba
del cielo, cuentos; Furmila, la hermosa, cuento; El
jardín de las delicias; Mitos eróticos; El amor es un pájaro rebelde; Noche de
duelo, casa del muerto; Los expedientes, teatro; El
emperador de la China, teatro; El cuarto de la noche, teatro; Los
perezosos, teatro; El segundo círculo o El infierno de la sexualidad sin
amor, teatro; Un globo amarillo, teatro; Fatalidad de
los amantes, teatro; La República de Trapalanda, ensayo.
El emperador de China
Cuando el emperador Wu Ti murió
en su vasto lecho, en lo más profundo del palacio imperial, nadie se dio
cuenta. Todos estaban demasiado ocupados en obedecer sus órdenes.
El único que lo supo fue Wang
Mang, el primer ministro, hombre ambicioso que aspiraba al trono. No dijo nada
y ocultó el cadáver. Transcurrió un año de increíble prosperidad para el
imperio. Hasta que, por fin, Wang Mang mostró al pueblo el esqueleto pelado,
del difunto emperador.
—¿Veis? —dijo—. Durante un año un
muerto se sentó en el trono. Y quien realmente gobernó fui yo. Merezco ser el
emperador.
El pueblo, complacido, lo sentó
en el trono y luego lo mató, para que fuese tan perfecto como su predecesor y
la prosperidad del imperio continuase.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario